Los azares de la vida han hecho que en una semana hayan surgido, en algún tema de conversación y algún texto que he leído, referencias a Euclides. Innegable es la gran aportación que hizo al mundo de las matemáticas con, entre otras muchas cosas, la organización de resultados geométricos que presentó en su obra Los Elementos.
Según he leído en algunas referencias, incluso ha sido utilizado como manual de estudio de la geometría en las escuelas hasta hace relativamente poco tiempo en países como Inglaterra. Imagino que para los defensores en su día de la denominada Matemática Moderna debió ser un buen referente de organización de la enseñanza, debido a su estructura axiomática.
¿Cuánto habrá contribuido esa obra a enseñar matemáticas empezando por el final, en lugar de reconstruir el camino para llegar a él?
La verdad es que ha pasado bastante tiempo desde la creación de Los Elementos de Euclides y el contraste del panorama educativo del siglo III a.C. con el actual es casi inconmensurable.
Cuentan la historia de un alumno de Euclides que le preguntó a éste en una de sus explicaciones para qué servía aquello que estaba enseñando en ese momento. Entonces Euclides ordenó a uno de sus siervos algo parecido a lo que sigue: "Dale una moneda, ya que quiere sacar provecho de todo lo que aprende". También se dice que después el alumno fue invitado a cerrar la puerta de la clase, desde fuera.
Me pregunto si lo pasaría mal Euclides con esa actitud en nuestras aulas. Si Euclides hubiera ordenado a su siervo: "Dale una moneda como recompensa, ya que he cometido el error de empezar a enseñar una cosa sin contar antes para qué sirve.", ¡qué maravillosa hubiera sido la historia!
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