miércoles, 28 de enero de 2009

Días muy tristes

Éstos son días muy tristes. Hoy me han comunicado que una ex-alumna de magisterio, Virginia Urbano Enseñat, falleció el lunes.

Siento que hoy también ha muerto una parte de mi. Y es que los que sentimos fuertemente la vocación docente creamos un vínculo sentimental con nuestros alumnos. Ese vínculo podrá ser más fuerte o más débil en función de las afinidades con el alumno y, en muchas ocasiones, puede no ser un vínculo bidireccional o correspondido. Pero eso no le importa al verdadero docente porque tiene la convicción de que algo suyo ha quedado en la cabeza y en la forma de actuar de sus alumnos. Esa es la gran magia de ser maestro o profesor. Y en el caso de la formación de futuros docentes las repercusiones de esa impregnación puede llegar a muchas otras personas, los futuros alumnos a los que impartirá clase.

El lunes el colectivo docente perdió una gran maestra y el mundo una gran persona. De eso no me cabe ninguna duda y los que te conocimos no podemos sino llorar tu pérdida.

Deseo Virginia que seas feliz allà dónde hayas ido…

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